Para la Dirección de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional esta Semana Santa se constituyó en un punto de quiebre de la accidentalidad vial, si bien es cierto que una sola muerte en accidentes de tránsito ocasiona una profunda tragedia, es necesario reconocer que la disminución en los accidentes fatales se logró gracias a la articulación de las autoridades, la Policía Nacional y los distintos actores viales que en su gran mayoría asumieron comportamientos respetuosos de la vida en las carreteras. El año pasado, en el mismo periodo de tiempo, la accidentalidad daba cuenta de 170 muertos y 1.134 lesionados graves, este año, los accidentes han causado 70 muertes y 401 heridos, es decir que la fatalidad se redujo 100 casos mientras los lesionados bajaron 733 casos.
Parte del éxito de la estrategia de Movilidad y Prevención de la Semana Santa liderada por el Ministerio de Transporte, radica en la simbiosis desarrollada entre la prevención vial y el control operativo del tránsito. En el primer factor, hay que resaltar el desarrollo de puestos de prevención que permitieron la sensibilización de más de 40 mil viajeros, haciendo énfasis en la necesidad de asumir comportamientos responsables y solidarios al volante. De otra parte en términos operativos, hubo la necesidad de sancionar a 7.153 conductores, de los cuales 1.383 fueron motociclistas, 279 por adelantar en sitio prohibido, y 245 por transporte ilegal.
Específicamente, se desarrolló un trabajo de control con aquellos conductores que insisten en conducir bajo la influencia del alcohol, durante el puente festivo han sido inmovilizados 255 conductores ebrios. De esta manera se evitan incontables accidentes, toda vez que un conductor embriagado tiene 140 veces más posibilidades de accidentarse que un conductor en condiciones normales.